miércoles, 3 de febrero de 2010

CINCO VILLAS 1936



VÍCTIMAS DE LA REPRESIÓN FRANQUISTA DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA EN CASTEJÓN DE VALDEJASA
El día 28 de Enero se presento en Ejea de los Caballeros por parte del presidente de la DPZ, D. Javier Lamban, y el Director General de Patrimonio D. Jaime Vicente, el libro títulado "Cinco Villas 1936" del autor D. José Antonio Remón Aísa.
En la presentación del libro se destaco que se trata de una obra donde no se han ido a buscar los acontecimientos de la guerra, sino más bien a los personajes con nombre y apellidos, que se vieron envueltos en la represión y sobre todo una memoria a los que perdieron la vida.
Hay un episodio que resulta reincidente, como el empeño de la mejora de las comunicaciones, que llevo al alcalde de entonces Aurelio Ruiz Conde, que llego a condicionar la construcción de la Carretera de Ejea a Castejón y Villanueva de Gallego,a su continuidad en el cargo.
Pero fue apartado del cargo por la Guardia Civil, y se puso en el cargo por parte de la fuerzas reaccionarias a José María Garoña Navarro, hombre bueno que no permitio a los falangistas a acabar con la vida de varios hombre que estaban encarcelados, acto que seguramente le costo su propia vida, por que dio pie a que los fusilaran cuando estaba en el bar, junto con un jovencico pastor que se encontraba en el establecimiento en esos desgraciados momentos, Mariano Obede Amita.
Tristes comienzos de la Guerra Civil Española, en nuestra localidad.
Jesús Prado Arrieta

3 comentarios:

Juan dijo...

Sobre el asesinato del alcalde Garoña y dl joven pastor,parece ser que quienes los mataron eran dos hermanos de Castejón, cuyos nombres no conozco, y que posteriormente fueron encarcelados por sus propios compañeros falangistas,puesto que como dices,tanto el alcalde como el pastor,eran dos buenas personas .

Anónimo dijo...

Parece mentira (como en tantos otros pueblos españoles) que siendo Castejón un pueblo pequeño y generoso, pudiese ocurrir semejante tragedia. No, no fué la guerra, fué la envidia.

Anónimo dijo...

El joven pastor se llamaba Mariano Obedé Arrieta y era hermano de mi padre ya fallecido. El me contó que el verdadero culpable no fue a la cárcel, sino que se autoinculpó falsamente.