Castejoneras y Castejoneros
Amigas y amigos
Y, mis primeras palabras fueron para decirles, sin dudar un solo instante, que era para mi un enorme orgullo, un gran honor, y también una gran satisfacción, recibir el encargo de ser pregonero de vuestras Fiestas.
Y Amigas y amigos
Vecinas y vecinos de Castejón … de Valdejasa importante de precisar, se encuentra muchos Castejón en España ( de Sos, de Alarba, de Arbonies, de Henares, de las Armas, de Monearos, de Sobrarbe, de Tornos, de Campo y de Puente).
Esta noche os digo, a vosotras y vosotros mirándoos a los ojos, que me siento plenamente orgulloso, honrado y totalmente satisfecho de estar en esta plaza, dispuesto a anuncias el comienzo de vuestras fiestas patronales de la Virgen del Rosario.
Y, os aseguro, que no se trata de cortesía, ni de palabras huecas y vacías,
¡Al contrario!
Son palabras sinceras, palabras sentidas, que brotan del corazón y de los sentimientos. Os pido comprensión y tolerancia para recibir estas palabras que os dedico con todo mi afecto y gratitud, por eso quiero decir, que hace 57 años, en 1952 yo, chico de Francia, de Espalion, acompañaba mi madre Dionisia, que quería ver el pueblo donde vivía su marido, y su familia, y vine también en 1958 con mi madres y mi tía Carlotta, conoció un pueblo muy lejano, muy raro, que para llegar a él, debíamos usar de diligencia por un camino y a través de llanos parecidos paisajes de película de Oeste.
Cuando estábamos llegando encontré un pueblo extraño, con calles de tierra, porque tenía sus casas pequeñas, con tejados que tenían botellas por encima, porque los animales entraban por el mismo pasillo que las personas. Y no tenía prados, ni vacas, ni tractores, solamente mulas, burros, unos cuantos caballos, muchas ovejas, y también cerdos escondidos porque yo oía solamente los gruñidos. Y las casas no tenían agua en el gripo, y las mujeres llenaban los cantaros en la balsa alta. Paseando por las calles de día, se podía oír perdigachos que cantaban en sus jaulas casi en cada casa. Por las noches tranquilas, en cada barrio, creo recordar bastante mayores y abuelos que tocaban la guitarra.
En fin, creo recordar también de este agosto de 1952 donde los llanos entre Castejón y Tauste nimbados de un blanco misterioso casi en el infinito confundiéndose en el cielo tembloroso por la canícula del verano.
Quien iba a decirle a ese chico, que hoy pasados 57 años se iba a dirigir a vosotros, vecinos castejoneros como pregonero de estas fiestas, como un vecino más entre vosotros.
Por eso quiero también que sepáis porque eran tardes y noches de emotividad, tardes y noches de mostrar el alma, por eso, decía, quiero también que sepáis que me siento feliz y contento, por estar aquí como uno más, entre vosotras y vosotros, que me siendo feliz y contento, por compartir la alegría que irradia vuestro pueblo, al ver que ya comienzan las tan esperadas fiestas.
Y quiero que sepáis también que me siento feliz y contento por tener el privilegio de ser quien, os llame, desde esta plaza a disfrutar de los días de Fiesta que hoy comienzan.
Amigas y amigos
Vecinas y vecinos de Castejón
Sabed que inexplicablemente, las calles, el castillo de Sora, Santa Ana, la huerta, los vergeles de almendros, de olivos, las viñas, la Balsa Alta, la balsa vieja, de Zarralanga y otras, los valles, las laderas, el monte en general, se encuentran entre los recuerdos de una infancia que no pase aquí.
Sabed también que vuestra forma de hablar, vuestra costumbre, los apodos de muchos, y las historias que todavía me cuentan los más viejos del lugar me resultan extraordinariamente cercanas y familiares.
Sabed también que cuando recorro las calles un poco empinadas, cuando contemplo las casas blancas, verdes, amarillas como recién pintadas, cuando contemplo desde Santa Ana, la belleza austera de vuestros cultivos y lomas, experimento una sensación extraña y misteriosa, y siendo como si siempre hubiera estado aquí, junto a vosotros.
Sabed también que en le plaza vieja, y en la plaza nueva, ante el ayuntamiento, el parque, al lado de Santa Ana, me encuentro como en casa, como si este fuera en verdad el pueblo de mi nacimiento.
Y sabed también que este pueblo en el que no nací, convertirse en la tierra donde hundo una parte de mis raíces.
Y sabed, que todo que os cuento tiene nombre, se llama añoranza.
Y es la añoranza que contraen, los que siendo de cualquier otro lugar, los que habiendo nacido a muchos kilómetros de distancia, son, como yo lo soy, hijo y nieto de Castejonero.
Sabed por último, amigos míos, que los hijos de los Castejoneros, lo que tuvieron que marchar y los que nacieron fuera, como yo, heredan de sus padres el cariño por esta tierra, el respeto por su historia, y también sus recuerdos de la infancia y de la juventud.
Por eso, en mi memoria almaceno recuerdos, guardo nombre y, rememoro anécdotas y vivencias, que no me pertenecen, que no he vivido.
Recuerdos y vivencias que herede de un hombre, mi padre Antonio Angoy, que hablaba poco del pasado trágico que había sufrido, pero muchas veces en su vida, desde la impuesta distancia, recordaba con cariño y con anhelo a su tierra y a su gente.
En el mismo tiempo que pienso en este discurso, me vienen anécdotas.
Una vez, mi padre escalaba una pared de la ermita de Santa Ana, para buscar un nido de no se cual pájaro (podría ser un cernícalo..), y no pudo llegar hasta el nido, y perdió el equilibrio, y grito por miedo a caer a Ángel, el alguacil (el esquilador) que estaba debajo de él: “Párame con la chaqueta, ¡párame con la chaqueta!, al final se rompió un brazo.
Otra anécdota, de mi abuelo Juan Angoy, me contó que un día muy frío de febrero, que soplaba un cierzo terrible, había matado 17 turcazos (he dicho turcazo y no paloma torcaz) en un disparo, posible porque los turcazos tomaban el sol alineados junto a un peñasco del Castillo de Sora.
Los abuelos fueron impresionantes….
Otra vez me decía que iba “pal el monte” (ahora hablo como algunos de vosotros) un par de días con un burro y que mataba todo que encontraba (entre ellos noche de luna llena) y como entonces había muchos conejos, mataba muchos y les quitaba las tripas y cuando tenía 4 o 5 muertos les llenaba el vientre de romero, tomillo, espliego que no faltaba en los yermos, después con una aguja y esparto, cosía el vientre y conservaba los conejos escondidos en la tierra de un sitio sombrío y volvía el día siguiente con el burro con las alforjas llenas de animales.
El día siguiente me lo ha contado mi tía Estanislada a sus 92 años, ella pasaba por las calles de este pueblo, con una canasta grande, con ropa por encima y por debajo vendía conejos, perdices, y a veces pedazos de jabalí, si nos acercábamos a los días de luna llena ¡algunos me entienden no!.
En aquel entonces mi abuelo, poco después de su llegada a mi pueblo de Espalion, trabajaba como peón en una finca, y casi cada día y noche, ponía lazos para cazar, y el caso es que alguno lo había denunciado y los guardias lo cogieron en el acto, y con obligación de ir al tribunal. Acompañado de su ira Antonio que traducía los actos.
En frente del cargo de acusación de estar furtivo, mi abuelo dijo en su defensa “Pero en mi pueblo en España, en Castejón de Valdejasa, yo ponía lazos casi todos los días y noches del año”. En frente de tal franqueza el juez le dio la absolución.
Como sabéis de manera pertinente que las noticias corren por Castejón la con la velocidad de un relámpago no voy a narrar mis aventuras con los jabalines, a no jabalíes, de esta temporada de caza, en Val de Millares , no no, si si bueno, siete pasaron , 6 disparos porque tengo un rifle como los gauchos, 6 disparos y al final nada, ¡ya veremos en octubre serán ciertamente más gordos!
Otra cosa que me pasa por el espíritu, vuestro fabuloso vino. A los largo de casi cuarenta años de visitas por Castejón, he tenido la suerte de poder catar vinos de casi todas las bodegas de Castejón. ¡Si , si con la gran desesperanza de mi madre!
Cada uno tiene su manera de hacerlo, el vino, todos tiene n gustos diferentes pero todos son buenos y sobre todo poseen un sabor único y se reconocen entre mil vinos diferentes.
¡Que viva los vinos de Castejón!
Amigas y amigos
Vecinas y vecinos de Castejón
Permitidme que, en este atardecer calida y luminosa, en este atardecer de verano, en la que tengo el privilegio de vuestra amable atención, al tiempo que os muestro una parte de mis sinceros sentimientos, de mis confidencias, os ofrezca también una humilde mirada sobre vosotros y sobre el futuro de Castejón. Y bajo la limpieza del cielo, quiero decir que veo en vosotros un pueblo pequeño, pero un pueblo dinámico. La época de la diligencia es lejana, hoy con el Internet cuando visito el blog de Castejón, se nota que el pueblo se mueve a través de sus asociaciones y su ayuntamiento.
Tenéis un término municipal que ha sufrido bastante por el incendio del año pasado, pero en estos tiempos que corren tenéis un futuro en el desarrollo turístico, que pasa con el respeto del medio ambiente, que han dejado vuestros antepasado. El pueblo de Castejón que ha contado con mas de 1000 habitantes en el siglo XIX, estaba un pueblo de agricultores y pastores, sin agricultores por cultivar los valles y las planas Castejón sería desfigurado.
Un pueblo tan cerca de una capital como Zaragoza tiene futuro. Honor a todos que han podido quedarse aquí.
Ya he dicho, muchos años he venido a este pueblo, y siento que me quedan muchas cosas a descubrir.
Cuando me marcho y paso por el puerto que han puesto de nombre de Sierra de Luna, perdonáis, mejor nombre puerto de la Casa de Nicasio, hago mío el dicho “partir, marcharse, es morir un poco…”
Y es que el solo nombre de Castejón de Valdejasa, admira, atrapar, engancha, emociona, trae vivencias imperecederas y formidables, motiva… Sentiros orgullosos de él, y se que lo estáis, pero no estorba que un forastero que ama vuestro pueblo casi tanto como vosotros os lo solicite.
Que nadie os cambie ni os engañe. Seguiremos un pueblo solidario y preocupado por un futuro mejor. Vosotros chicos y jóvenes tenéis la antorcha para el camino y la vida para construirlo y peregrinar por él. Yo se que lo vais hacer y lo vais hacer muy bien para orgullo de vuestros antepasados. Pero atentos jóvenes, algunos educadores dicen que las nuevas generaciones estáis un tanto perdidos y poco motivados. No lo tenéis tan fácil como parece. Tendréis que luchar y fuerte ante nuevos retos. Seguro que los haréis.
Y termino mi pregón, como no podía ser menos, con unos Vivas, transmisores de energía compartida
¡Viva amigas y amigos!
¡Viva niñas y niños!
¡Viva chicas y chicos jóvenes!
¡Viva mujeres y hombres adultos y también mayores!
Os llamo a todas y todos a la magia de la fiesta
Que comience la alegría
Que comience la fiesta
¡Viva la gente de Castejón!
¡Viva Castejón de Valdejasa!
¡Viva Aragón!
¡Viva la Virgen del Rosario!
1 comentario:
Holà Yves.
Esta es la primera vez que veo este texto mientras investigo a mi bis abuela Estanis. Yo encuentro su texto muy conmovedor.
Muchas gracias pour escribirlo.
Laëtitia Galino.
Publicar un comentario